martes, 25 de enero de 2011

¡Cuidado va armado! Teléfonos Celular en mano...

Era una mañana horrible: Llovía fuertemente y soplaba un intenso viento que hacía imposible abrir el paraguas. Un individuo, sin embargo, avanzaba rapidamente por la Quinta Avenida, haciendo malabares con su paraguas, esquivando peatones, tratando de enviar un mensaje de texto a través de su teléfono celular de última generación.


La fuerza, destreza y concentración que exhibía eran realmente dignos de un atleta olímpico. La escena, no obstante, era francamente ridícula.


Llovía, hacía frío y el individuo estaba a minutos de su destino. En cualquier momento podía clavarle el paraguas a alguien, ya que apenas si prestaba atención a lo que hacía con él. ¿Qué mensaje podía ser tan importante que no podía esperar?


Los teléfonos de última generación y otros aparatos electrónicos están cambiando la cultura popular al permitir a la gente estar conectada todo el tiempo y se han convertido en una necesidad tan imperiosa que el solo hecho de caminar por la calle sin hacer nada parece una pérdida de tiempo.


Uno se tropieza con tanta gente que camina distraida, inmersa en su teléfono.


Una mujer que casi es atropellada por un taxi el cruzar la calle sin mirar. Un mensajero en bicibleta manejaba y hablaba por teléfono al mismo tiempo. Un día, dos policías iban hablando por teléfono. Un individuo casi me lleva por delante al desatender su teléfono para mirar una muchacha bonita que pasaba a su lado.


Mucha gente que no estaba usando su teléfono, lo llevaba en sus manos, como si fuesen armas. Es como si el tener un teléfono en la mano fuese considerado un deber en las ciudades.


Estamos en invierno y por la mañana las temperaturas le congelan a uno los dedos. Eso se resuelve fácil. En una parada de autobuses hay una publicidad de guantes que te permiten manejar la pantalla táctil del teléfono. También hay aplicaciones que estimulan el envío de mensajes de texto mientras uno camina, usando una cámara que muestra el camino por delante en la pantalla.


La gente distraida con su teléfono ha pasado a ser la más odiada de Nueva York, más incluso que los detestados turistas. Siempre molestan las personas que se detienen en la acera con cara de perdidas, mirando mapas, tomando fotos y observando los rascacielos, en el mismo medio obstruyendo el paso.


Ahora, existe otra amenaza, los distraidos con teléfono celular en mano.


Antes  se caminaba pendientes de lo que sucedía alrededor, que si los asaltantes y carteristas. Ahora la gente camina sin prestar atención a lo que pasa, metida en un aparato electrónico que cuesta cientos de dólares.


Un video difundido a través de YouTube  este mes de una mujer que se cae en una fuente mientras camina distraida por su teléfono en un centro comercial de Wyomissing, Pensilvania, fue visto por más de 3 millones de personas.


William Powers, ex reportero del Washington Post que escribió el libro "Hamlet's Blackberry", sobre la adicción de la gente a los aparatos electrónicos, dice que una vez vio un episodio en el que dos cochecitos con bebes chocaron entre sí porque las madres iban concentradas en sus teléfonos.


"Desde siempre estamos programados para prestar atención a las cosas novedosas", comentó Powers.


Powers piensa que, cuando los teléfonos dejen de ser una novedad, la gente se calmará un poco y esperará a llegar a su casa para leer su correo electrónico. Señaló que, en los primeros días de los teléfonos celulares, la gente no dudaba en responder una llamada en un teatro. Ahora eso casi no sucede.

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